Cobra importancia la disposición urbanística interior, ya no es solo el castillo donde residía un noble, si no toda una estructura urbana medieval, con edificios residenciales, militares, eclesiástico, espacios abiertos. En el interior del castillo, se definen todos los espacios y elementos de una villa medieval cristiana, haciéndose reconocibles, la plaza del mercado, la de la iglesia, así como los viarios principales. Esto es posible porque se han conservado enterrados los arranques de los antiguos edificios, definiendo un relieve característico, que se hace evidente tanto en fotografías aéreas, así como en la topografía. El entramado urbano del castillo une las dos puertas de este y se ajusta a la forma de la muralla definiendo un paseo de ronda interior, separado de la muralla por una línea de edificios, y definiendo tres manzanas interiores. La comercialización de productos fue una de los fundamentos de la ciudad medieval, y el otro fundamento fue la religión.